¿MALA PRAXIS PROFESIONAL? (RESPONSABILIDAD CIVIL)

Es común escuchar a ciudadanos de a pie quejarse sobre un mal servicio ofrecido por algún profesional (Médico, Contador, Arquitecto, Ingeniero, etc.) y que le haya provocado algún tipo de daño -especialmente económico- o perjuicio. ¿Qué hacer en estos casos? Pues, dentro de las posibilidades que nos brinda las leyes bolivianas, el código civil en su Art. 984 señala: “(Resarcimiento por hecho ilícito). Quien, con un hecho doloso o culposo, ocasiona a alguien un daño injusto, queda obligado al resarcimiento”, entendiéndose por Daño Injusto como una lesión a un Derecho Subjetivo protegido por Ley.

En el caso de los servicios profesionales ofertados, los usuarios o clientes tienen certeza que, por los estudios cursados y el título académico del profesional, el mismo actúa con la experiencia y pericia respectiva, atención y prudencia, en resumen, posee diligencia profesional (buena praxis). Sin embargo, la negligencia, la impericia y la inobservancia a las reglas de conducta hace que el profesional no cumpla -en algunas ocasiones- con las obligaciones contraídas con el cliente, (Ejemplo: Que el contador no haya realizado los descargos y pagos de tributos a impuestos nacionales y lo haya ocultado, que el arquitecto haya realizado planos estructurales con deficiencias o alterándolos, etc.) siendo civilmente responsables por el daño provocado a sus clientes resarciendo económicamente el daño provocado y que será determinado por el juez público civil, siendo también reprochable no sólo la acción como tal sino también la omisión.

Además de derivar la mala praxis profesional en una demanda civil por resarcimiento de daños y perjuicios por hecho ilícito, puede ser también iniciada en la vía Administrativa (Proceso Disciplinario), agregando que el ejercicio ilegal de cualquier profesión es un delito penal.

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